El Curral das Freiras es una asombrosa depresión natural situada entre las montañas del interior de la isla de Madeira, un lugar que una vez sirvió de escondite y santuario a un convento de monjas durante un ataque pirata especialmente cruento.

Los visitantes de la zona entenderán con rapidez por qué este sitio resultaba tan adecuado para esperar a que pasara lo peor de un ataque, ya que la región está casi completamente oculta desde el exterior y las montañas se alzan por todas partes a su alrededor, por lo que en el siglo XVI era un lugar prácticamente inaccesible.

Las elevadas colinas del Curral das Freiras

Hoy en día, la vista desde la parte superior de la depresión en forma de caldero está considerada como una de las más espectaculares de Madeira, y estamos hablando de una isla con muchas panorámicas completamente impresionantes.

El Curral das Freiras es una agradable excursión que puede hacerse en un día desde Funchal y que ofrece estupendas escaladas, maravillosas vistas ¡y hasta un encantador pueblecito que vende tartas de nueces!
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El Curral das Freiras ya era bien conocido por los primeros habitantes de Madeira, pero ganó renombre en el siglo XVI durante un prolongado asedio pirata a la isla: Madeira fue sometida en 1566 a un asalto de 100 días por parte del pirata francés Bertrand de Montluc, cuya banda de borrachos y salvajes se dedicó a la destrucción, el saqueo y el asesinato por toda la isla.

El pueblo de Curral das Freiras, en Madeira

Las monjas del Convento de Santa Clara de Funchal huyeron de la capital hasta llegar a la parte más inaccesible de la isla, el Curral das Freiras. Este nombre se le dio a la zona una vez pasado el peligro, ya que significa “refugio de las monjas”. Las monjas tuvieron finalmente su venganza, ya que Bertrand de Montluc fue herido durante el prolongado asalto, muriendo algunas semanas después a causa de sus heridas.

La principal atracción del Curral das Freiras son sus espectaculares vistas, las mejores de las cuales pueden disfrutarse desde el mirador de Eira do Serrado. También aquí se encuentra un viejo sendero para caminantes y burros que baja hasta la aldea, sendero que puede convertirse en una gran ruta de escalada con sus más de 50 giros y quiebros a medida que desciende serpenteando hacia la bonita población.

La iglesia de Curral das Freiras

Una vez en el pueblo, no olvide probar una de las deliciosas tartas de nuez que se elaboran localmente con el fruto de los nogales que se cultivan en el valle